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22 08 2022
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Tarjetas vs. créditos personales: cuáles son las diferencias

¿Qué medio de pago conviene más? Te lo contamos en esta nota. 

Salís de compras, llegás a la caja registradora y el empleado te pregunta: “¿Cómo desea abonar?”. Efectivo, billeteras virtuales, tarjetas de débito, de crédito o prepaga… Si bien hoy contamos con diferentes medios de pago y, en términos generales, los comercios aceptan cualquiera de ellos (en definitiva, el dinero es dinero), respecto de tus finanzas personales, no será lo mismo que te inclines por una u otra modalidad. 

 

En esta nota te contamos cuáles son las diferencias entre los distintos tipos de tarjeta y por qué hay una opción que podría serte mucho más conveniente. 

 

Tarjetas de débito y prepaga

 

Aunque unas son entregadas por los bancos y las otras pueden adquirirse en algunas tiendas o por internet, las tarjetas de débito y prepagas son esencialmente semejantes en su uso. Ambas pueden emplearse en reemplazo del efectivo, siempre que uno tenga fondos disponibles de antemano.

 

En este sentido, a diferencia de las tarjetas de crédito, que básicamente consisten en un préstamo que después se tiene que pagar, cuando se compra con tarjeta de débito o prepaga, es el propio dinero el que se va descontando de la cuenta bancaria o del monto previamente ingresado. 

 

Existen distintos tipos de cuentas bancarias. Aprendé a diferenciarlas. 

 

Pero, aunque prácticas, ni las tarjetas de débito ni las prepagas son convenientes para hacer compras de importes altos, ya que obligan a desprenderse de una suma considerable a la que podría darse un mejor uso. Por ejemplo, adquirir cosas que no tienen financiación o que no es recomendable financiar, como las compras del supermercado.  

 

Del mismo modo, ambos tipos de tarjeta tienen usualmente la desventaja de tener costos por el uso del servicio. Mientras que las de débito requerirán del pago de un mantenimiento de cuenta, las prepagas suponen tarifas de uso, como costos por las recargas y/o las transacciones. 

 

Asimismo, una vez que el dinero está en la tarjeta, retirarlo a través de la red de cajeros automáticos también podría suponer costos. 

 

Por otro lado, si bien al contar con el respaldo de una entidad bancaria las tarjetas de débito poseen mecanismos antifraude, éste no es siempre el caso de las tarjetas prepagas, más vulnerables

 

¿No sabés cómo protegerte de las estafas? Te explicamos cómo hacerlo. 

 

Una alternativa más conveniente

 

Aunque la adquisición de una tarjeta prepaga puede resultar una opción atractiva para quienes no están bancarizados, una alternativa más beneficiosa aún sería comprar con un crédito personal. ¿Por qué? 

 

El crédito personal es una cantidad de dinero que algunos comercios ponen a disposición de sus clientes, para financiar la compra de ropa, calzado u otros bienes, y que luego se va devolviendo en cuotas. Tiene, asimismo, la ventaja adicional de que, si se hace la compra después del 21, la primera cuota no se abona inmediatamente, sino al mes subsiguiente. 

 

La fecha de cierre de tu tarjeta puede ayudarte a posponer pagos al mes siguiente. En esta nota te contamos todo lo que precisás saber. 

 

Así como ser una opción segura para hacer compras sin tener que ahorrar primero, no se precisa poner otro bien valioso como garantía. Sencillamente, se va haciendo uso del crédito disponible según las necesidades de cada momento y, a medida que se va devolviendo el importe utilizado, se pueden seguir haciendo compras, siempre que no se supere el límite establecido.   

 

Y es muy fácil de obtener. Simplemente se debe presentar el DNI y, según el perfil financiero de cada uno, se asigna un límite de crédito. Además, como se aprueba en el acto, en pocos minutos ya uno puede comprar lo que desea, eligiendo entre distintas modalidades de pago de las cuotas: en efectivo en puntos de pago en todo el país o incluso de manera digital con tarjeta de débito. 

 

En este sentido, incluso quienes están habituados a usar tarjetas otorgadas por los bancos, pueden sacarle provecho a un crédito personal

 

Mientras que las tarjetas de crédito tienen costos de mantenimiento anual y por el resumen mensual, el crédito personal solo requiere del pago de las cuotas por los gastos realizados, sin costos de mantenimiento adicionales. Es decir, una vez que se termina de pagar, no queda nada por renovar ni mantener. ¡Es súper sencillo!

 

¿Te interesa pedir un crédito personal? Tenemos la solución que estás necesitando. Aquí te contamos lo que precisás para pedir un crédito Efectivamente.