En un mundo cada vez más digitalizado, hacer compras y gestionar nuestras finanzas desde la comodidad del hogar es una tendencia que llegó para quedarse. Pese a ello, y aunque los consumidores cuentan cada vez más con educación digital, la conveniencia viene, también, acompañada de riesgos.
Entre ellos, uno de los más peligrosos y que mayores dolores de cabeza depara a sus víctimas, es el carding. ¿Querés saber de qué se trata? ¡Averigualo acá!
¿Qué es el carding?
El carding es un delito virtual que implica el robo de los datos de una tarjeta de crédito o débito, para hacer compras, transacciones financieras o incluso, vender la información a otros. Para eso, los “carders”, como se conoce a quienes se dedican a esta forma de fraude, usan distintas tácticas de engaño, como el phishing, dispositivos ilegales que se colocan en los cajeros automáticos (skimmer) o lectores de tarjetas portátiles que pueden copiar la información de una tarjeta magnética.
Pero, aunque según la Dirección Nacional de Ciberseguridad de Argentina, el fraude es el delito informático más reportado en los últimos años (¡y la tendencia crece!), por suerte existen también estrategias, para no caer en la trampa.
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5 estrategias para no ser víctimas de carding
Como en otras áreas de la vida, mejor prevenir que curar. Por eso, para no ser víctima de carding, es recomendable tomar medidas para proteger la información personal y financiera en línea:
1. Mantené tus contraseñas seguras
Para eso, es importante elegir contraseñas fuertes que tengan, al menos, 12 caracteres que no hagan referencia a información personal. En pocas palabras, descartá iniciales o apodos, el nombre de tus hijos o mascotas, fechas de cumpleaños, dirección o número de teléfono. Tampoco es conveniente elegir frases o patrones simples, como “abcd” o “1234”.
Además, es importante tener una contraseña diferente para cada servicio electrónico que se tenga y cambiarlas periódicamente.
2. Usá conexiones de internet seguras
Es fundamental que, a la hora de hacer transacciones financieras, se hagan, en lo posible, desde una red doméstica. Las redes de Wi-Fi públicas pueden ser menos seguras y, en consecuencia, más susceptibles a ataques.
¿Necesariamente tenés que conectarte desde un bar o shopping? Antes de introducir tu información personal y financiera, asegurate de usar un sitio web cifrado para proteger tu información. Para eso, verificá que, en la barra de direcciones (URL), aparece un candado o las letras https.
3. Habilitá la autenticación de dos factores (2FA)
La autenticación de dos factores es un método de seguridad que pide dos formas distintas de identificación para poder acceder a información o datos importantes.
Al precisar un segundo paso de verificación después de ingresar la contraseña (como un token o una clave que se recibe por SMS o mail), este método ofrece una capa de seguridad extra.
4. Mantené tus dispositivos seguros
Actualizá regularmente el sistema operativo y las aplicaciones en todos los dispositivos que uses para hacer transacciones financieras y compras electrónicas. De este modo, te asegurás de que cuenten con los ajustes de seguridad más recientes. Utilizá, además, programas de seguridad confiables, como antivirus y firewalls.
5. Monitoreá regularmente tus cuentas
Así como las estrategias de seguridad mencionadas, es importante revisar regularmente los estados de cuentas bancarias y tarjetas de crédito para, en caso de haber ocurrido, identificar pronto cualquier transacción sospechosa o no autorizada. En ese caso, es central reportar cuanto antes el inconveniente al banco o la entidad financiera.
Como cuidarte del carding, pagar con crédito personal Efectivamente puede asegurar que tus compras sean seguras. Y de paso, pagás en cuotas y hacés frente a la inflación. ¡Golazo! Contactanos para más detalles.