Hay quienes aseguran que toda empresa debe enfrentarse en algún momento de su historia, a “la maldición de la tercera generación”. Es decir, al hecho de que, tras la creación de un negocio, la segunda generación lo desarrolla, mientras que la tercera lo lleva al declive. Sin embargo, esto está lejos de ser un destino inevitable.
Muy por el contrario, gracias a una buena planificación, el desarrollo de habilidades y la transmisión de conocimientos, muchísimos negocios familiares (grandes y pequeños por igual), han conseguido mantenerse rentables a lo largo del tiempo. Por eso, si estás proyectando empezar a preparar a la siguiente generación para tomar el control, ¡seguí leyendo!
La transición: una nueva etapa para proyectar con tiempo
Así como un negocio no nace y crece de la noche a la mañana, hacer su transición a la siguiente generación representa una nueva etapa para tomar con seriedad, y que tiene al tiempo como su mejor aliado. Esto se debe a que, así como proyectar cómo será el futuro, la sucesión generacional necesita inevitablemente, de planificar asuntos tanto comerciales como familiares.
En este sentido, el primer paso es reflexionar con honestidad, acerca de quién es el mejor candidato en la familia, para liderar el negocio. Esto significa, que podrían no ser necesariamente los propios hijos de uno. En este sentido, pero también a lo largo de toda la transición, es importantísimo que haya comunicación clara y abierta entre todos los miembros del grupo familiar.
Luego, en el momento oportuno, las personas elegidas deben empezar a ganar experiencia en el negocio. Claro que, esto implica mucho más que adoptar progresivamente habilidades de gestión. Por el contrario, es vital que los sucesores comprendan todo el proceso, la estrategia y los valores del negocio; lo que puede irse aprendiendo de manera formal a través de capacitaciones, como informalmente viendo a la primera generación trabajar.
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Implementando una transición exitosa
Tras este primer período de planificación y aprendizaje, llega el momento de empezar a delegar gradualmente responsabilidades y tareas. Pero, a su vez, es igualmente importante ir proporcionando feedback (retroalimentación) y orientación.
Para eso, es muy útil que se produzcan momentos en que la generación saliente pueda compartir sus experiencias y los “secretos” del oficio con los más jóvenes. De este modo, estos últimos no sólo pueden perfeccionar sus habilidades, sino que se transfieren conocimientos importantes de unos a otros.
De igual modo, es conveniente acompañar la transición de momentos de evaluación. Así, se puede revisar cómo van evolucionando las cosas y asegurarse de que estén dándose de forma eficiente.
Como ves, preparar a la siguiente generación para que se haga cargo de un negocio familiar es una tarea compleja y que lleva tiempo. Sin embargo, y aunque cada comercio es diferente, siempre es conveniente que cuenten con la posibilidad de ofrecer a sus clientes, pagar con crédito Efectivamente. Contactanos para más detalles.